Figura Gato Egipcio
Descripción
El gato egipcio, conocido como Mau egipcio, tiene una gran importancia en la mitología y la cultura del antiguo Egipto, siendo considerado un animal sagrado y símbolo de protección, fertilidad y gracia. En la vida cotidiana, los gatos protegían los hogares al cazar ratones y serpientes, pero su papel iba mucho más allá de lo práctico, pues estaban vinculados a creencias religiosas profundas.
Simbolismo del gato en el Antiguo Egipto:
1. Bastet, la diosa felina: Los gatos estaban estrechamente asociados con Bastet, la diosa de la fertilidad, el hogar, la protección y los placeres. Bastet era representada como una mujer con cabeza de gato o como un gato completo. Era vista como una protectora del hogar y de los niños, y también se creía que protegía a los humanos de los malos espíritus y las enfermedades. Los egipcios tenían santuarios dedicados a Bastet, y los gatos eran venerados en su honor.
2. Protección y buen augurio: En muchos hogares egipcios, se mantenían gatos como amuletos vivientes de protección. Se creía que los gatos ahuyentaban a los malos espíritus y traían buena suerte. Matar a un gato, incluso por accidente, era considerado un acto grave, castigado severamente, pues se creía que un gato tenía conexión directa con lo divino.
3. Emblema de gracia y misterio: El comportamiento ágil y reservado del gato fascinaba a los egipcios. Se le consideraba un ser místico, con una naturaleza dual: por un lado, cariñoso y protector, y por otro, distante y solitario. Esta dualidad estaba vinculada a la noción de equilibrio entre lo humano y lo divino.
4. Momificación y enterramiento de gatos: En el Antiguo Egipto, cuando un gato moría, se realizaban rituales funerarios y, en algunos casos, eran momificados y enterrados en tumbas o en santuarios dedicados a Bastet. Existen sitios arqueológicos donde se han encontrado cientos de gatos momificados, lo que refleja la importancia que tenían en la vida espiritual de los egipcios.
5. Simbolismo en la vida y el más allá: Los gatos, además de ser protectores en la vida terrenal, también tenían un papel en la vida después de la muerte. Se creía que podían guiar y proteger a las almas en su viaje al más allá, ayudando a los difuntos en su travesía por el inframundo.
En resumen, el gato en la cultura egipcia no solo era un compañero doméstico, sino un símbolo sagrado de protección, gracia y conexión con lo divino, profundamente vinculado a la diosa Bastet y al bienestar tanto en la vida como en la muerte.